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lunes, 30 de agosto de 2010

Hice una poesía en la escuela y llegue a la conclusión de que uno busca las palabras según su estado de ánimo.
Por ejemplo, lo sustantivos que encontré para usar en un cuento fueron: Falso, negro, cansado, sordo, impreciso, luminoso, tierno, inhóspita, pobre, inmenso.
Vos fíjate cuantos de esos te sugieren alegría... Ajam, ahora lo sabes, así estaba yo en la segunda hora de este lunes. Lo que hice mucho tenía que ver con lo que siento y es por eso que decidí subirla al blog un poco más tunneada.

Aquel Hombre.

Llegó la respuesta como fantasma
y el fantasma se hizo hombre animoso
habló al sordo, dio al pobre refugio,
encendió en mí, el espíritu luminoso.

Pero su falsa e imprecisa destreza,
llenó de espinas la rosa crecida,
la plegaria trajo terribles tormentas,
la broma del loco se pago con la vida.

El fantasma tiene la habilidad
de llevarse consigo, cada gota de gracia.
y veo en sus ojos a un hombre infausto,
que dejo de herencia la interminable desgracia.

Adiooooooooo Mb.

2 comentarios:

  1. La creación (al menos en mi humilde opinión) es una labor de artesano. Y como el material del escritor son las palabras, y a través de ella se intenta representar una realidad, es lógico que las palabras sean afines con el sentimiento.
    De ahí esos adjetivos (no sustantivos, como dijiste; perdón, me agarró el ataque de maestro ciruela).

    Un beso.

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