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jueves, 23 de septiembre de 2010

Acabo de estornudar mi comida, obviamente sigo comiéndola.
Estuve observando a las personas. Todos odian el olor a pata ajeno, sin embargo cuando se trata de sus pies, los agarran con todo el cariño del mundo, como si cuanto mas olor tuvieran, mas suyos fueran.
Yo no discrimino, a mi me gustan mis eructos y los de Merma y los de cualquiera que sepa hacerlos con gracia.
Para mi, son el cantar del estómago cuando lo alimentamos bien, son el "gracias" del cuerpo, por eso me vienen tan seguido... porque mi cuerpo me quiere (?).
Me acorde que tendría que estar haciendo un trabajo de sociales pero sucede que Perón y la iglesia no me gustan tanto como intentar tocar la guitarra y dormir. Yo nací para ser una reina jajaja. Adiós. me voy a trabajar.

MB.

5 comentarios:

  1. vayamos a darle de comer a los patos o hacer algo y estornudame en la cara si queres que ya estoy enferma no me importa :l

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  2. y no entendi tu otro post, tabas triste o feliz? bipolar

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  3. Pasa que lo de uno es lo uno. Y al menos que uno se odie, no creo que le molesten los propios olores y ruidos.

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  4. bueno, pero pueden molestarte los de los demas sin que los odies.

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