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miércoles, 27 de junio de 2012

Desde chica comprendí a las almas desanimadas. Ellas duermen y miran la novela porque en esos espacios pueden ser quienes desean ser. Y la realidad, bueno, esa es su realidad. Lo demás, lo cotidiano es simplemente el obstáculo que deben atravesar para llegar a la maquina de sueños. Una amiga siempre dice "Cuando llegamos a la cama somos todos Steven Spielberg" y no nos culpo. Recién toqué una canción con acordes felices y le inventé en mi cabeza, una historia multicolor. ¿Sería capas, alguien, de tirarme la primera piedra, cuando comprenda que a pesar de los obstáculos, estoy acá, en la maquina de sueños , riendo una vez más?

Merecemos un premio, nosotros, campeones, que seguimos mirando películas de amor y nos torturamos sabiendo que nuestra realidad nunca será así. Frente a aquellos que deciden olvidar, estamos quienes todavía no perdimos el alma. Y aunque, repito, las nuestras estén desanimadas, son puras y sinceras. Almas que pasan la vida soñando un futuro mejor.

1 comentario:

  1. Pareciera que hay momentos en los que nos parecemos (o al menos sentimos que nos parecemos, cosa más linda) aunque sea un poquito a esas bellas historias, y ahí es cuando el alma se prende de nuevo.
    Sería como un pequeño premio de la vida, muy chiquito a comparación de las películas por cierto, que lo tomamos y lo levantamos como si fuese el más lindo y único de todos.

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