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martes, 19 de octubre de 2010

Ya me tienen las bolas llenas con esa moral. Los criaron a la defensiva y ya no saben reírse de ellos mismos. Fueron de su clase los que me hicieron pensar que "gordo" era una mala palabra, me vinieron con la psicología esa de que él es mucho mas que eso, de que cada vez que le decís gordo lo herís; y no le digas gordo, decile "persona con algunos kilos demás"  eso va a ser menos chocante. Entonces nunca más volví a decir la palabra. Y así pasó con negro, judío, cristiano, narigón, chino, blanco, petizo, chueco, pelado, etc, etc, etc...
Yo creo que la que es petiza llora porque nunca nadie le dijo que el hombre que estuviera con ella siempre iba a llegar a darle besos en la frente. Porque en vez de hacerle acordar lo tiernos que eran sus pies chiquitos, los malos, le dijeron que no era tan malo ser así y la miraron callados cuando paso en frente de ellos. Llora y va a seguir llorando por la culpa de esos idiotas que se creen éticos y que por dentro suspiran de alivio porque no sufren de ese defecto que es ser bajito.
La verdad es que me da pena que dejen de escuchar las cosas que una persona como Guille puede enseñar, solo porque dijo que Aimé era "morena". Hasta ella se cagó de risa ¿Qué es lo que los perturba tanto? ¿La palabra negro?. Y todavía se hacen los indignados.
Al principio yo era así, no conocía la diferencia entre las ganas de hacer reír y las ganas de hacer llorar que tienen las personas, y por eso me dolía que me dijeran china. Después crecí y lo fui entendiendo; ahora me encanta mi apodo "chinita". Oriental = exótico, exótico = sexy.
Solo quiero agregar que no me importa lo que los tontos piensen de mi. Me hace feliz ser quien soy y espero poder ser un ejemplo para esos que aveces desearían ser alguien más y no se dan cuenta de lo perfectos que son, así, con todos los defectos que los malos ven en ellos.


                  No me importa que estés enojado conmigo, yo te quiero y necesito un abrazo tuyo.

Mb.

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