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domingo, 31 de julio de 2011

Uso mi manera predilecta de mirarlas -sin ser descubierta- desde mi posición alejada. 
Se ríen, se besan, se tocan. Las neo-hippies han sido infectadas..

Una vez me advirtieron de las chetas: dicen que si te paras lo suficientemente cerca podés apreciar el olor a prostituta todavía fresco. No me fío, pero tampoco soy tan tonta para intentarlo.
Ahora parece que no solo el colegio sufrió el ataque, si no que simplemente están por todos lados. Las miro y pienso en cuando todavía eran humanas, cuando se sentaban en la falda de mamá y tenían esas inocentes boquitas cerradas. ¿Y sabes por qué estoy tan segura de que esto no tiene cura? Estos especímenes son lo suficientemente idiotas como para ser los suficientemente necios como para pensar que están equivocados.
Equivocados, que término denigrante. Digamos que simplemente no me agradan ¿Pero quien soy yo para que tengan que agradarme?. Entonces me callo y las observo. 
Tienen vestidos multicolores y todas se han cortado el pelo igual. Se creen cultas, sí. Se creen drogadictas, sí. Se piensan que su modernidad las hace superiores a la modernidad de las otras. Compiten por el premio a la que pudo ser mas fashion utilizando menos cash. Un día se odian y otro día se cogen escuchando John Lennon. Los malditos neófitos intentos de hippies se llevarán The Wall por delante.

¿Cómo llegar tolerarlas hablando del consumismo, cuando ellas se volvieron todas iguales? ¿ Qué queda para las que son como yo? ¿ Que queda para los que son como vos?

Y la suerte para las no infectadas fue sobrevivir a los inventos originales
Primero perecieron las inteligentes y ahora también las heterosexuales...

Ya verán monstruitos modernos, cuando recuerden cuanto les gustaba la pija. Putas.

MB.

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