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domingo, 6 de enero de 2013

Ella me habla cuando pido un consejo. 
Mi pide un ultimo trago cuando estoy parando, una última seca cuando estoy volando. nunca por el buen camino, siempre tratando de arruinarme un poco mas. Y cuando duermo, llora, pidiendo perdón por haberme hecho mal.
Aveces, si pienso en ella, la grafico con la belleza absoluta, porque solo así puede graficarse a la maldad. Y casi puedo verla mirando desde arriba, sedienta por machacarme hasta robarme la dignidad. La que ya, muchas veces, me robó.
Una vez, en un último intento por perderla, decidí viajar a buscar un ángel, un consejero digno. Pero ella pidió que me queda mostrando los ases que tenía, y de pronto, la mala vida comenzaba a ponerse buena. Ella decía que me esperaba lo mejor.
Pero una fuerza de otro mundo me arrastró afuera.
- ¿¡Diez días!? -dijo mi madre, con cara de susto.
- Diez dias -Respondí. La frente en alto y riendo despreocupada.

Hoy escribo muerta de miedo. Dicen quienes la conocen que la buena vida es encontrar un amor. Y no es que no lo haya encontrado, pero mientras la tenga cerca, ella seguirá obligandome a cruzar la vereda, a salir corriendo. Y yo por mi parte, seguiré intentando hacer trueques con la angustia, para conseguir la paciencia, para aguantar estos dias interminables, que a pesar de ser los mejores, siguen matándome adentro.

2 comentarios:

  1. Tener paciencia, la belleza esta embotllando la maldad, los puentes los cruza la mente, los cruza un viento que no percibi antes.

    Esta muy bonito.
    Un dia habria que tomar un cafe

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