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domingo, 27 de enero de 2013

Ni un correo "no deseado" que le diera falsa calma a la desesperación, ni una compañía, ni formas rápidas de ganarme un billete. Me acosté en la cama y llamé a la suerte y , quizá, si lo hubiese tenido a mano, habría optado por ponerme el arito cábala también. Pero aveces prefiero guardar energías para otras cosas, que con tantos rituales paganos y tanta mala leche termino mas agotada que al principio.
No es que me esmere mucho, pero me cuesta arrancar sola. Para caraduras están mis amigos y yo aveces preferiría que vengan a tocarme la puerta.
Escuche decir una vez "Lo que mata es la espera" y me pareció cierto, pero hoy agregaría unos items mas a la frase, que la harían mucho mas cierta. Como que la espera mata mas rápido cuando uno no sabe si lo que espera, llegará. Y que uno sufre más si sabe que se le va pasando el tiempo. Y ni les digo si se acaba... Ahí la espera termina, pero comienza una mucho mas larga. La espera de que con el tiempo se le olvide a usted ese sufrimiento de no haber podido cumplir su cometido.
Y aquí me encuentro yo, esperando, claro....

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