Seguidores

martes, 26 de octubre de 2010

Se me cayeron unas lagrimas y un par de soniditos que parecían de burla, Cesar que estaba al lado mio me alentaba sin parar, sin embargo,  yo no podía más. No lloraba del dolor, lloraba porque me sentía incompetente ante todos los otros que parecían incansables... Aveces me auto-exijo tanto que me termina dando miedo no saber cual es el límite, pero después pienso, no? Pongamos de ejemplo una situación cotidiana, un posible ataque zombie: mi alacena está llena de reservas, conozco las reglas básicas de supervivencia pero lo mas importante, ESTOY EN FORMA MUCHACHOS, eso marca la diferencia. 

Quizás tenía algo guardado que quería salir, algo antiguo que salió por el estado de stress en el que estaba. De todos modos me parece raro que me haya pasado en esta época en la que me siento como una Amelie a los 17, en esta época en la que empecé a tener sueños divertidos.
Eso me hace pensar que estoy viviendo una mentira. Que en el fondo sigo siendo yo, esa mina rebuscada que jamas deja de pensar.

3 comentarios:

  1. Que fea es la sensación de saber que las cosas van mal pero no se pueden arreglar...

    Un besito!

    ResponderEliminar
  2. moraleja: Ante ataque zombi ir a lo de maro!

    ResponderEliminar
  3. te re quiero negri y sabes que podes contar conmigo para todo, incluyendo u nataque de zombies (:

    ResponderEliminar