Pensé que iba a morir y sigo respirando. Pensé que iba a tropezar y mis pasos siguen siendo firmes. Pensé que pensar me iba a destruir y pueden leerlo ustedes mismos: Estoy bien.
"Y aunque a veces me acuerdo de ella
dibujé su cara en la pared
solamente muero los domingos
y los lunes ya me siento bien..."
Tal vez esa mujer que me miró a los ojos y me dijo que había madurado, tenía razón.
Lloré cuando fue momento de llorar y ahora río porque no es justo pasar la vida lamentándose, para mi, ni para nadie.
¿Y ahora que vas a hacer, María?
Tratar de conquistar el mundo... está dentro de mis posibilidades. O simplemente, dedicarme a ser yo, más yo que nunca. Voy a conseguir ese par de alas y me importa MIERDA lo que digan, voy a aprender a volar.
MB.
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